Dra. Gilda Couso R.
RESUMEN
El desarrollo humano solo es posible a
través del alcance real del espacio vital de la calidad de vida, más allá del
marco legal y constitucional, comprendido en su necesidad de ser respetado como
un ciudadano del mundo, como el pueblo emancipado, con todos sus derechos y
responsabilidades. Es a través del respeto que podemos brindarle la oportunidad
de ser protagonista de sus logros. El propósito fundamental de la autora es
brindar un aporte a la ciencia social, en cuanto a su componente axiológico y
político, a partir de reflexiones para la formación de una ciudadanía activa,
en una realidad conflictiva y compleja como alternativa de gobernabilidad para
la paz, donde el desarrollo humano hacia la equidad, honestidad y la
solidaridad sean los principios de acción para fortalecer una sociedad de justicia
y de paz en la distribución de los recursos y el poder social. Un orden mundial
pacífico capaz de garantizar la paz perpetúa señalada por Kant, para lo cual se requieren reformas globales con
un mayor énfasis en el desarrollo humano para superar la pobreza y una gerencia
social solidaria, con capacidad de demostrar sensibilidad ante los problemas
sociales y generar constructivamente calidad de vida. Se aborda la realidad con
un enfoque epistemológico interpretativo para comprender desde adentro, considerando autores seleccionados que
constituyen corrientes del pensamiento que han marcado el mundo, como: Marx y
Engels (1971), Habermas (1998), Apel (1995) Gandhi (2001) Galtung (2003), Cortina
(2001) y Kliksberg (2013). Estas interpretaciones van a permitir derivar constructos
teóricos hacia el desarrollo humano de una ciudadanía que pueda convivir con
equidad, paz y solidaridad, siendo corresponsable en la gobernabilidad y la
Seguridad de la Nación, dentro de los lineamientos constitucionales como un proceso
de interacción con el pueblo, donde la
educación es un instrumento estratégico y político del Estado, un agente
socializador que permite consolidar el nuevo ciudadano a formar.
DESCRIPTORES:
-Desarrollo Humano, Ciudadanía, Gobernabilidad y Seguridad de la Nación.
DESARROLLO HUMANO,
CIUDADANIA Y SEGURIDAD DE LA NACION
Concepción de Ciudadanía.
Para Carlos Marx.
La idea de una Revolución permanente
Todas las
sociedades avanzan a través de la dialectica de la lucha entre clases, por la diversidad de intereses en una revolución permanente.
Este planteamiento de Carlos Marx,
evidencia su visión crítica de
la forma socioeconómica denominada: capitalismo, al que llamó la "dictadura de la burguesía",
afirmando que las acaudaladas clases dueñas de los medios de producción, solo
actuaban para su propio beneficio.
Realizo un
análisis teórico sobre la historia de los sistemas socioeconómicos, donde inevitablemente
se producirían tensiones internas, producidas por las leyes dialécticas, que lo
llevarían a su reemplazo por un nuevo sistema a cargo de una nueva clase
social, que el supuso era el proletariado. Es la relación dialéctica entre la necesidad
del hombre y la libertad, lo que generaría constantes luchas por cambiar al
mundo.
La
interpretación de estos planteamientos derivan la idea de la lucha permanente
del ciudadano por la defensa de sus derechos, en una sociedad donde hay un
conflicto de intereses propio del egoísmo humano en la tesis de Nicolás Maquiavelo
(1998) por lo que el Estado debe proporcionar a los ciudadanos facilidades para
acceder a través del poder que les da la educación, el conocimiento y la
consolidación de estructuras de poder basadas en la equidad y solidaridad, a una
mayor posibilidad real de justicia social y respeto a sus derechos.
Por
otro lado, uno de sus más destacados planteamientos, indican que la sociedad bajo el socialismo, sería regida por la clase
obrera en lo que llamó la "dictadura del proletariado", el
"Estado obrero" o "democracia
obrera". Creía que el socialismo sería, a su vez, eventualmente
reemplazado por una sociedad sin Estado y sin clases llamada comunismo puro.
Concepción de Ciudadanía desde los Derechos
Humanos
Sostiene Cortina (2001),
considerando ideas de Apel y Habermas, la visión del ciudadano desde la
racionalidad del ámbito práctico, el carácter universal de la ética, la
diferenciación entre lo justo y lo bueno, la presentación de un procedimiento
legitimador de las normas y la fundamentación de la universalización de las
normas correctas mediante el diálogo.
El ciudadano es miembro de una comunidad, que debe
ser educado para participa activamente en ella, en valores de fraternidad,
solidaridad y respeto por el resto de la humanidad, en una visión universal
como parte del mundo.
La ética discursiva se
presenta como un fenómeno moral, no solo es una teoría de los derechos humanos
y una ética de virtudes y actitudes. El derecho al igual que la participación
no puede atribuirse solo a la racionalidad, sino como en el caso de Kant la ética discursiva descubre la conciencia
moral de una época determinada, expresada en la conciencia o en el lenguaje.
Esto no significa restarle validez a la propuesta discursiva, sino más bien
reconocer que la razón es histórica.
La bondad de la intención
y el interés ético hacia lo que hace correcta una norma, sitúa a la ética y la
moral en un lugar de pura exterioridad, siempre hay un interés particular que
puede resultar positivo o negativo en las acciones del ciudadano.
Una cuestión más que
preocupa a Cortina (2001) es el hecho de
que el principio de la ética discursiva, como legitimador de normas morales
correctas, se escriba sobre la apariencia de un principio de legitimación de
las decisiones políticas.
Hay que destacar el hecho
de que en la voluntad moral no es tan importante guiarse por el consenso, sino
por el proceder dialógico, esto es:
cultivar la actitud dialógica de quien está interesado en conocer los intereses
de los afectados por una norma, escuchar sus argumentos, exponer los propios y
no dejarse convencer por intereses particulares, sino sólo por los
generalizables.
Esta autora, también ve con
preocupación que la ética discursiva
pueda caer en un idealismo, en
el sentido de considerar sólo la dimensión racional del hombre y olvidar los
móviles del mismo, esto es, el tipo de virtudes que predisponen a actuar de
acuerdo a ellas. Desde su punto de vista sin la percepción de un valor, sin
experimentar algún elemento valioso, no hay motivo por el que el individuo deba
seguir un principio.
Si la ética discursiva se
ha ocupado de algo parecido a una virtud, ha sido la
de la formación democrática de la voluntad, de la disponibilidad al diálogo,
pero ésta es una virtud intelectual que no guarda relación con posibles
virtudes éticas, con virtudes del carácter, por lo que es necesaria una
doctrina de la virtud elaborada desde aquello que los hombres consideran como
valioso.
Por lo que se refiere a la
teoría de los derechos humanos propuesta
por Cortina (2001) podemos decir que se
encuentra fundada en la ética discursiva; considera que es necesario para la
fundamentación de los derechos humanos llevar a cabo la defensa de una
concepción que atienda tanto al ámbito ético de estos derechos, como a su
promulgación en los códigos jurídicos vigentes. Se ha de buscar una base ética
procedimental, un criterio válido para promulgar estas normas, pero que sea al
mismo tiempo compatible con la variedad de creencias que encontramos en las
distintas culturas a las que los hombres pertenecen.
Es por ello que plantea
que los derechos humanos se les atribuyen a toda persona por el solo hecho de
serlo, y personas son aquellas que poseen o podrían poseer competencia
comunicativa, idea que también destaca Habermas.
Estas ideas tienen la
posibilidad de una fundamentación normativa de los derechos humanos mediante el
principio de la ética discursiva. Así los derechos humanos son un tipo de
exigencias cuya satisfacción debe ser obligada legalmente y formada desde la
familia y diversos entes de acción política comunitaria, que permitan la
protección y el respeto de los derechos como condición fundamental para la
gobernabilidad, para poder hablar de hombres y mujeres con sentido de ciudadanía
con posibilidad de un desarrollo humano hacia una convivencia pacífica y
civilizada.
Gobernabilidad y
Seguridad de la Nación.
La gobernabilidad
se refiere por un lado según, los informes de Banco Mundial a un estilo de
gobierno caracterizado por un mayor grado de cooperación e interacción entre el
Estado y actores no estatales en el interior de redes de decisiones mixtas
públicas y privadas. La segundad se define como un conjunto de modalidades de
coordinación de las acciones individuales, entendidas como fuentes primarias de
construcción del orden social, o cualquier forma de coordinación social. Gobernabilidad.
Enfoque neomarxista:
Por la Comisión Trilateral(1975).
Michal Crozier francés, Samuel J Huntington,
estadounidense, y Joji Watanuki,
japonés, elaboraron el informe para la Comisión Trilateral en 1975. Sus conclusiones fueron que existían cuatro tendencias que generaban
disfunciones en el sistema democrático:
En la década de 1980 se incorporó el pensamiento neoliberal al análisis politológico, los economistas políticamente conservadores
criticaron el keynesianismo por su mala relación teórica
con la democracia, según ellos, la situación de ingobernabilidad, por una
mezcla inestable entre democracia y economía, generaba inflación dado que se confrontaban sindicatos y votantes a los gobiernos. Esto
desembocó en el Consenso de Washington, una solución para
los paises menos industrializados, que tiene
consecuencias poco favorables.
En la década de 1990 el neoliberalismo comenzó a ser
utilizado por las clases políticas dominantes y diferentes organismos
internacionales. La búsqueda de la gobernabilidad sustituyó a la consolidación
democrática, intentando lograr con procedimientos administrativos la eficacia
de las políticas públicas.
Los organismos internacionales tomaron interés por la
gobernabilidad por sus implicaciones en las políticas de reforma estructural.
Es por eso que organismos como el Banco Interamericano de Desarrollo
y el Banco Mundial se preocuparon por estas variables institucionales que permiten
formulaciones relativas al buen gobierno, pero con escasos resultados en la
calidad de vida y control de variables como la inflación.
En este orden social del mundo moderno a
partir de la Declaración Universal de
Derechos Humanos de 1948, el desarrollo
humano es un logro de la sociedad, en cuanto al respeto de derechos y valores
ciudadanos como la equidad, pero la realidad concreta es que ninguno de los
modelos económicos, ni el capitalismo, ni el socialismo han logrado resolver la
grave inequidad en la distribución de la riqueza y recursos del planeta.
La Seguridad de la Nación es competencia esencial y responsabilidad del Estado, fundamentada en el desarrollo
integral de ésta y su defensa es
responsabilidad de todos los venezolanos y venezolanas; también de las personas
naturales y jurídicas, tanto de derecho público como de derecho privado, que se
encuentren en el espacio geográfico nacional, de acuerdo al concepto de
corresponsabilidad expresado en la Constitución Nacional.(Art. 322)
La Seguridad de la Nación se
fundamenta en la corresponsabilidad entre el Estado y la sociedad civil para dar cumplimiento a los principios de independencia, democracia, igualdad, paz, libertad, justicia, solidaridad, conservación ambiental y
afirmación de los derechos humanos, así como en la satisfacción
progresiva de las necesidades individuales y colectivas de los venezolanos y
venezolanas, sobre las bases de un desarrollo sustentable y productivo para
toda la comunidad nacional.
Aportes y
reflexiones
Es importante asumir la gobernabilidad como
un ejercicio didáctico de formación del ciudadano que resulta fundamental para
garantizar la seguridad de la nación a partir de la corresponsabilidad, por
cuanto debe significar una manera de pensar y de vivir, el gobernante es un ejemplo ético
de una forma de vida libre y de trabajo solidario en equipo, con espacios de
innovación para la construcción de sí mismo. El conocimiento del otro y del
respeto a la diferencia, una cultura del debate es lo que nos va a permitir
vivir el riesgo de los cambios, incertidumbres
y dificultades en la búsqueda de una
convivencia pacífica.
La idea fundamental es la necesidad de
implantar la pedagogía de la pregunta en las organizaciones desde la más
pequeña comunidad, el rigor de la discusión y exigencias de derechos y deberes,
hacer del pensamiento una actividad fundamental, un ejercicio crítico permanente
proyectado hacia la el mejoramiento de la existencia humana y la calidad de
vida. Se requiere un mayor intercambio no solo con las comunidades, sino a
nivel nacional e internacional con áreas afines del conocimiento, brindando
experiencias con un proceso de planificación, seguimiento y evaluación de
acciones centradas en el estudio de necesidades y de desarrollo para generar el
cambio de la gobernabilidad hacia el desarrollo humano y social, iniciando
desde las comunidades inmediatas. Interpretando algunas ideas de Kant en su
texto sobre la Paz Perpetua, la armonía de la política se logra a través del
derecho público y la moral, para instaurar un Estado de paz, con la conquista
de la voluntad consciente de una sociedad civil con un imperativo del deber y la
razón practico moral.
La
gobernabilidad del siglo XXI requiere lograr la proximidad de las personas en
un entorno de constante aprendizaje, por lo que la sencillez y simplificación
de los procesos burocráticos de la organización resulta imprescindible, con
dinámicas de alcances y logros. El
énfasis en los procesos de formación de profesionales y trabajadores no puede
descuidar la aptitud, valores, sentido de pertenencia y compromiso para la
aplicación de los conocimientos y destrezas, que puedan incorporarse en la
cultura organizacional para la búsqueda conjunta de la excelencia, brindando
oportunidades para involucrarlos en la participación de proyectos comunitarios.
Para
garantizar la equidad se requiere un gran compromiso, responsabilidad y
procesos de control, con vinculación directa, tanto con el campo laboral y
vivencial para detectar las nuevas necesidades sociales y económicas que se
requiere satisfacer, a través de sus procesos de investigación y formación. Desarrollar
la organización significa hacer que sus miembros individuales tengan un valor
propio existencial, más allá de la función laboral, por su honestidad,
servicio, confianza y compromiso, habilidades y conocimientos, para un proceso
de constante aprendizaje, que implica proponer, replantear, evaluar y
ajustar para garantizar el apoyo a las
fortalezas y disminuir el impacto de las debilidades.
Por
otro lado, existe la necesidad de un desarrollo tecnológico y una estructura en
redes de coordinación para su uso más efectivo, sobre presupuestos ajustados a
los requerimientos de actualización y vanguardia, para esto es importante un modelo
orgánico que nos permite establecer las estrategias para el uso óptimo de los
equipos de trabajo con una red y flujo amplio de información.
La
idea de una organización que aprende, analizada por Senge (2002) se puede
aplicar a los procesos de gobernabilidad en cuanto a rehacer, revitalizar y
renovarse en forma sostenida, tomando una orientación de aprendizaje en equipo.
Esto significa hacer que todos los que pertenecen al sistema expresen sus
aspiraciones, tomen conciencia y desarrollen juntos sus capacidades,
reconociendo su común interés en el futuro del sistema y lo que pueden aprender unos de otros,
entenderse y trabajar de común acuerdo.
En este sentido, nuestras creencias y valores
afectan la manera como interpretamos el mundo y nuestra realidad, debemos
esforzarnos para crear una cultura organizacional propia, dirigida hacia la
calidad, con normas y acciones para mantener las exigencias institucionales y
alcanzar sus metas. Lo que se busca es establecer un vínculo como un acompañamiento
emocional y afectivo de personas que persiguen proyectos y propósitos comunes,
una visión compartida de mejoramiento de la comunidad como una organización que
requiere siempre mejoras en su calidad de vida.
El criterio axiológico que se quiere destacar
en el nuevo ciudadano, es generar una cultura de respeto a la dignidad humana,
centrado en el valor de la persona, esto implica que la comunidad debe adaptar
parte de su estructura para ser más atenta a las necesidades humanas y brindar
apoyo y reconocimientos, dentro de sus planes o proyectos de trabajo.
El
desarrollo humano debe estar dirigido hacia una inteligencia colectiva
innovadora, creada desde múltiples miradas, desde la diversidad cultural, por
esto la mejor manera de alcanzar el desarrollo humano es promover un desarrollo
más participativo, con acciones responsables de sus miembros, se requiere un
estilo gerencial comprometido, participativo y con una disposición natural para
la comunicación y relaciones humanas, para cumplir el sueño de la revolución
francesa formar a los ciudadanos para actuar con libertad, igualdad y
fraternidad.
Esto
implica que la organización comunitaria y todas las organizaciones que garantizan
la gobernabilidad, debe adaptar parte de su estructura para ser más atenta a
las necesidades humanas y brindar apoyo y presencia activa de reconocimientos, de
forma equitativa y justa para elevar la
motivación, la conciencia de los derechos del otro para fortalecer la
solidaridad mas allá del discurso brindando un beneficio mutuo.
Entender
la necesidad de respeto a las diferencias como un compromiso, con un mayor significado a nuestro proyecto personal
de vida y un significado social, histórico y de identidad cultural, se requiere
trabajar con la identidad del ser humano, su esencia no está en sí mismo ni
alrededor de ideas globalizantes, universales, sin historia, sino en el
proyecto de convivencia con el otro, en la relación social, en los consensos y
en la pluralidad de cada región.
La
responsabilidad fundamental y las fuerzas impulsoras para este logro del
desarrollo humano, no pueden estar sólo en el Estado, es una competencia
armónica y civilizada de la sociedad, la familia, comunidades, estudiantes,
investigadores, docentes, universidades, organizaciones privadas, empresas. Considerando
los recursos intelectuales, saberes y virtudes humanas como el mayor valor
agregado de una organización, que estarían centrados en el desarrollo de la
autonomía individual, compromiso y posibilidades de acción creativas e
innovadoras.
La
cultura es fundamental para lograr las convicciones de sus integrantes, que
debe ser orientada por sus líderes. En este sentido, la reforma de la gobernabilidad
es un problema estratégico para el futuro de toda sociedad, que comprende el problema
de la eficiencia en la gestión social, no es posible trabajar aisladamente, es
necesario aprender a trabajar en equipos, con una cultura que promueva
compromiso y cohesión. Las redes a construir requieren de la intervención de
todos los actores claves: organismos públicos, organizaciones no
gubernamentales, sector privado, sociedad, sindicatos, colectivos sociales, comunidades
y esencialmente el ciudadano. Las políticas y proyectos deben adaptarse a las
situaciones y condiciones emergentes de la realidad.
La
Universidad tiene gran responsabilidad en estos procesos, debe constituirse en
una comunidad con un alto nivel de interacción humana, debe retomar su fuerza
formativa de ciudadanos, para promover una cultura orientada a la participación
protagónica y la toma del poder para lograr mejoras y calidad de vida para sus
comunidades. Es importante retomar algunas ideas sobre el desarrollo humano y
la gerencia social, señaladas por Kliksberg (2013) a lo largo de todas sus
publicaciones destaca la pobreza y la desigualdad como resultado de la ausencia
de compromiso político y no necesariamente la falta de recursos financieros, la
verdadera causa de los alarmantes niveles de pobreza es el abandono en que se
encuentra el hombre, se trata de un asunto ético de solidaridad.
Sugiere
que la mejor manera de alcanzar el desarrollo humano es promover un crecimiento
económico más equitativo y un desarrollo más participativo. Hacen falta nuevos
modelos de desarrollo humano sostenibles, invertir en el potencial humano y
crear un medio ambiente que permita el pleno aprovechamiento de las capacidades
humanas. Para lograr el éxito en el desarrollo humano se requiere una
coordinación estrecha de las políticas de Estado, sociales, educativas, económicas
para el mejoramiento de la calidad de vida de la población, con una orientación
de la dinámica ocupacional y el patrón de distribución del ingreso.
Existen
diversos planteamientos y concepciones sobre el ciudadano, sin embargo, lo
esencial es definir y caracterizar los valores que orientan su manera de vivir,
donde la Educación, es un acto político del Estado, porque su función es la de
formar hombres y ciudadanos, que respondan a una responsabilidad compartida
para las garantías constitucionales y la conformación de la identidad cultural
de la nación, no solo por parte de los ejecutores del proceso como son los
docentes, Medios de comunicación Social y Sociedad Civil, sino de los
planificadores (Estado), benefactores del servicio (Empresarios, Sociedad y
Familia), generadores de los insumos ( Padres y Familia).
La formación
de la familia requiere más atención y apoyo, tal como se estable en la
Constitución Nacional, pero donde se han dejado de discutir aspectos tan
relevantes como el abandono del niño y de la mujer, su falta de atención y de
formación genera rupturas irreparables, hay que retomar aspectos de la
resilencia y la inteligencia emocional para fortalecer las Escuelas de Padres,
así como organismos del Estado donde se pueda resolver y dar en adopción
al niño para que pueda optar a un
espacio de vida y un futuro como ciudadano.
El desarrollo científico, social y tecnológico
de un país se sustenta en los resultados alcanzados por la Ciencia y la Tecnología,
la formación de individuos con una preparación profesional y un conjunto de
valores que orienten su comportamiento hacia los altos desempeños de desarrollo
humano, por lo que la formación desde los primeros años de vida resulta
fundamental, en cuanto a su coherencia con un proyecto de vida, un sistema de
gobernabilidad con fines y valores del ciudadano que queremos para nuestra
sociedad.
La
iniciativa, innovación, así como el respeto, confianza, motivación y el
reconocimiento, valores, normas, estructuras sencillas con sentido de liderazgo
y equipo, son necesarias para fortalecer la capacidad de aprender y de innovar
una realidad cada vez más cambiante. La formación implica, valorar los saberes
y experiencias y aprender a actuar con autonomía, derivar sus propias
conclusiones, cuestionar y correr el riesgo de fracasar, a fin de desarrollar
capacidades para el éxito futuro. Este nuevo ciudadano solo es posible cuando
las personas concretan en sus acciones y su realidad, los valores de formación,
como la equidad, el convencimiento genera compromiso en cuanto a compartir y
adoptar las ideas innovadoras.
El
aprecio y confianza hacia otras personas, la dignidad humana, es una garantía
de la aceptación y acceso del ciudadano a las oportunidades de ascenso y estima
social, condiciones para elevar el desarrollo
humano en su nivel material y espiritual de vida. Son las condiciones
materiales de existencia, a través del respeto y el dialogo, las que determinan
nuestra ideología, nuestros valores y nuestras virtudes. Como destaca con su
ejemplo de vida Gandhi, el amor es la fuerza más humilde pero la más poderosa
de que dispone el ser humano.
Para iniciar cualquier reforma educativa, la
política de Estado debe orientar a la formación de la generación de relevo, en
todos los niveles de la vida, desde la comunidad, en el campo educativo y
profesional, lo que implica una evolución dinámica de la sociedad en función de
los nuevos valores y paradigmas. El reto para generar el cambio en la
gobernabilidad implica fortalecer el liderazgo de la solidaridad entre personas,
para conformar un frente hacia la mayor participación de los que hasta ahora
desconocen la igualdad de oportunidades, principalmente como clave fundamental
para la formación de verdaderos ciudadanos, responsables, respetuosos de los
otros y de las normas.
La situación de la desigualdad, y baja
calidad de la educación genera un circulo viciosos que genera desempleados y
personas limitadas para el ingreso al mercado laboral, lo que perpetúa su
pobreza y los imposibilita para mejorar su status económico y su acceso al
disfrute de una mayor calidad de vida. Sus mínimos ingresos y la debilidad de
su formación de conocimiento, habilidades y valores, no les permite su
desarrollo humano, por lo que muchas veces optan por formar parte de la
delincuencia al no tener fortalecidos sus valores como ciudadanos honestos.
A nivel global si todos los países y
ciudadanos ricos, los gobernantes y las realezas, asumieran el compromiso de
superar la pobreza con un criterio de solidaridad, avanzaríamos de manera
significativa, pero se requiere un gran desarrollo espiritual, una condición de
un alma grande y generosa que pocos tienen, mientras sea solo problema de
algunos, seguiremos en un círculo vicioso de cada vez menos equidad en la
distribución de la riqueza.
Por otro lado, como medida estratégica de Seguridad
de la Nación, es prioridad proporcionar una mayor calidad educativa desde el
rescate de los valores ciudadanos, formación de educadores, para garantizar la gobernabilidad. No puede
haber calidad educativa sin generar primero la calidad humana, la formación de
valores desde el núcleo familiar fundamental para contar con personas exitosas,
dispuestas a esforzarse y asumir retos y un proyecto de vida, honestas,
responsables, creativas e innovadores, sólo así podemos asumir el siglo XXI con
una visión de conciencia reformadora. (Couso, G, 2001)
La clave de los procesos productivos será la
capacidad de generar y manejar conocimiento, por lo que la calidad educativa es
un proceso complejo, que debe iniciarse con una nueva generación de relevo,
dispuesta a asumir las reformas, una mayor integración, compromiso y rescate de
valores en las familias, así como el entorno comunitario, educativo y
empresarial. Sólo una formación de ciudadanos capaces de exigir sus derechos y
asumir sus responsabilidades, nos daría la factibilidad para crear cambios en
el campo social y laboral para lograr como señalaba desde 1936 el Dr. Uslar
Pietri: “Sembrar el petróleo”, aprovechando las oportunidades que tenemos.
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