por Ebbe González
Los avances científicos y tecnológicos en los últimos tiempos han impactado positivamente en la vida cotidiana de las personas; se han logrado dar pasos inmensos en áreas como salud, robótica y comunicaciones –por mencionar algunas – que inciden positivamente en la calidad de vida de las civilizaciones actuales.
Indagando sobre este tema, sorprenden la cantidad de avances científicos que se han logrado, algunos de estos se reflejan en los artículos siguientes: "Descubrieron el mecanismo universal del envejecimiento" por F. Noziglia (Diciembre 2, 2008); "Músculos artificiales que harán mejores a robots que a los humanos” de C. Martin (Abril 1, 2009); y "El primer perro clonado" escrito el 29 de Enero de 2009, entre otros.
Es evidente que la raza humana en su búsqueda insaciable del saber, ha logrado descifrar enigmas que años atrás eran impensables. En medicina por ejemplo se está probando en animales un implante que restaurará funciones cerebrales; impresionante y beneficioso para la humanidad. A pesar de conocer estos grandes avances científicos no puedo evitar que surjan en mi algunas inquietudes:
- ¿hasta dónde podemos llegar en nuestro afán de impactar en la evolución natural de la raza humana?,
- ¿quién pone los límites en esta búsqueda?,
- ¿cómo se pueden medir hasta donde llegan los beneficios?;
porque si bien es cierto que el implante para restaurar funciones cerebrales sería muy beneficioso para el hombre, si descubriendo el mecanismo universal del envejecimiento podríamos tener un avance o más bien, podríamos traer serias consecuencia para la población en la tierra porque todos querríamos ser jóvenes siempre,
- ¿qué sería de la súper población?,
- ¿podríamos alimentarnos todos?;
si ya en nuestro tiempos hay problemas de alimentación y sobre población creo que lo más importante de esta reflexión es pensar quiénes somos y de donde vinimos y entender que somos seres naturales y que cumplimos ciclos en la vida, donde hay un comienzo y un fin. La evolución que estamos buscando como especie debiera entonces estar en marcada en el logro de una mejor calidad de vida, pero al parecer algunos avances más bien nos acercan a nuestra propia destrucción.
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