por Helenys Olivarez
El
deporte es una actividad que nos beneficia en muchos aspectos; en
cuanto a la parte física nos brinda un mejor funcionamiento corporal, así
también, nos inculca aspectos positivos en cuanto a disciplina,
actitud y hábitos, que se reflejan en la formación integral de las
personas, es por esto lo importante de la práctica deportiva en nuestras vidas.
Disciplina,
significa regularizar, metodizar, ordenar, instruir, enseñar, pero no
se puede enseñar donde no hay orden ni método. A través de la disciplina
se contribuye a una positiva convivencia y a la formación de
actitudes indispensables para la eficiente adaptación social
y laboral. Por el contrario, la indisciplina perturba la
estabilización de hábitos y actitudes requeridos para las horas
de estudio, trabajo o recreación.
¿Qué
es la Disciplina?
La
disciplina es, básicamente, la
capacidad de pasar a la acción
aunque no tengamos motivación.
Así mismo la autodisciplina es hacer lo que deberías hacer, cuando deberías
hacerlo, tanto si te apetece como si no. Tracy citado por Guzmán (2011).
Se
trata de un recurso personal y como tal podemos desarrollarlo al igual que
cualquier otro de nuestros recursos, características o habilidades. Con una
mayor disciplina tendremos la capacidad de pasar a la acción más rápidamente,
con menor esfuerzo, y cada vez de forma más independiente de nuestro estado
interno y de nuestra motivación.
Como
cualquier otro recurso (sociabilidad, capacidad de organización, asertividad…)
la disciplina puede desarrollarse. Es igual que entrenar un músculo o aprender
una nueva habilidad. Si estamos desentrenados, sentiremos que tenemos poca
disciplina y cualquier problema nos parecerá un desafío retador, pero poco a
poco podemos aumentarla y desarrollarla al igual que cualquier otra habilidad o
característica.
Pavlina, ha desarrollado un modelo de autodisciplina
basado en cinco pilares:
- Aceptación:
saber qué nivel de disciplina tenemos, de qué somos capaces y de qué no
- Fuerza de Voluntad:
la capacidad de actuar con energía en un momento determinado, aunque no se
sostenga en el tiempo
- Trabajo
Duro: la capacidad de hacer lo que es
difícil y retador
- Laboriosidad:
la capacidad de realizar el trabajo, es decir, aplicar el tiempo y el
esfuerzo necesario hasta que esté hecho, aunque sea algo rutinario y
aburrido
- Persistencia:
la capacidad de seguir adelante
cuando perdemos la motivación, el esfuerzo sostenido a lo largo del tiempo.
Podemos
entrenar y desarrollar nuestra disciplina al igual que cualquier otra
característica o habilidad. Para ello podemos practicar el ir adquiriendo
pequeños hábitos que nos ayudan a alcanzar y a mantener la fuerza que nos ayuda
a realizar estas tareas.
Ejercitando
nuestra disciplina poco a poco conseguiremos que cada vez nos cueste menos
esfuerzo hacer aquello que tenemos que hacer, o que queremos hacer porque sabemos
que es bueno para nosotros, pero nos da pereza o nos aburre hacerlo en un
momento determinado. Según vayamos adquiriendo más disciplina esto nos costará
cada vez menos esfuerzo y obtendremos cada vez mejores resultados.
Según
Salinas, O. (2001) podemos
definir entonces a la disciplina laboral como el conjunto de acciones tendiente a lograr el
acatamiento del código de conducta de la empresa por parte de todos sus
integrantes. El propósito de las acciones disciplinarias es asegurar
que el comportamiento y desempeño de los trabajadores se ajusten a los
lineamientos conductuales de la empresa.
El
acatamiento de las políticas normas y reglamentos no solo se logran
a través de la aplicación de acciones disciplinarias para
los que se desvían de ellas, sino a través de recompensas
para aquellos que las respetan.
Las
Ventajas de Utilizar las Recompensas en Lugar de Sanciones son:
- Las
recompensas estimulan el mejoramiento del desempeño de todos los
integrantes de la organización.
- se
evitan las reacciones negativas que genera la mayoría de las
acciones disciplinarias correctivas.
Importancia
de la Disciplina Laboral
Según Salinas, J (2001)
admite con facilidad que la disciplina laboral es necesaria para vivir y trabajar
en armonía y en eficiencia. El descuido de las acciones
disciplinarias genera un clima laboral indeseable tanto para los trabajadores
como para la institución en general. Aun las acciones disciplinarias
negativas o correctivas pueden considerarse como una oportunidad de aprendizaje
y mejoramiento para las partes involucradas: el trabajador aprenderá a
mejorar su comportamiento y el directivo a conocer las causas que mueven a sus
colaboradores a tentar contra las relaciones humanas y la productividad.
Clases
de Faltas
Las infracciones
disciplinarias pueden ser clasificadas en dos grupos:
- Conductas
que afectan directamente el rendimiento en el trabajo, como
ausentismo, impuntualidad, negligencia e insubordinación.
- Conductas
antisociales como pelear, amenazar, robar, aceptar sobornos, usar
estimulantes y falsificar documentos.
Las Acciones
Disciplinarias en el Trabajo
Los
esfuerzos que puede realizar la empresa para mantener un comportamiento
adecuado de sus integrantes incluye acciones disciplinarias de tres clases: a).
preventivas y b). Correctivas, c) progresiva
La
disciplina preventiva contempla las acciones que se realizan para animar a los
trabajadores a respetar sus políticas normas y reglamentos. La
disciplina correctiva es posterior a la infracción y procura
desalentar cualquier tipo de violación al régimen disciplinario en
el futuro.
Un
primer tipo de disciplina es la llamada preventiva, en la cual la organización
hace todo lo posible para que los empleados cumplan las normas y procedimientos
para evitar inconvenientes. Se busca con esto fomentar la autodisciplina en vez
de imponer métodos para evitar desórdenes o futuros problemas.
El
departamento de personal de la compañía debe velar por la disciplina
preventiva, desarrollando programas para evitar el ausentismo o los accidentes,
o comunicando a los empleados las nuevas reglas que deben cumplirse dentro de
la organización. Así mismo debe explicarlas y apoyarlas para que exista una
perfecta concordancia entre lo que se busca y lo que se hace.
El
mismo departamento de personal debe cuidar el reglamento, ajustándose claro
está, a los derechos que tenga el personal ya que no es conveniente crear
prohibiciones sin sentido u otras que puedan causar un malestar general en los
trabajadores. Es decir, más que normas, recomendaciones de cómo puede
realizarse de una mejor forma una actividad o labor.
Un
segundo tipo de disciplina es el que se conoce como correctivo, en donde se
realiza una acción o procedimiento después que se ha infringido una norma. Con
esto se busca que el error no se vuelva a cometer y se garantiza que la regla
nunca más será rota. La acción disciplinaria más común que se toma en estos
casos es sancionar a la persona que generó el problema, ya sea suspendiéndolo o
advirtiéndolo para que no vuelva a cometer la falla.
Sin
embargo, no basta sólo con castigar. Dicha acción debe sustentarse para que
reine un clima de justicia y equidad. Si una falla fue cometida por un
mensajero y otra por un supervisor, no debe existir desigualdad al momento de
sancionar a ambas personas. Con esto se genera un ambiente en el cual todos los
empleados notarán que se aplican las mismas normas en toda la organización.
En
vez de reprender, la disciplina correctiva debe educar, corregir, alentar a los
empleados para que los errores no se vuelvan a repetir. De lo contrario se
creará un ambiente de insatisfacción, rechazo, temor y apatía tanto al supervisor
como a las reglas que éste representa.
En
ciertas ocasiones se presenta el caso en que una persona comete equivocaciones
reiteradamente, sin atender las recomendaciones o advertencias que se le hacen.
Es aquí cuando se debe implantar un sistema de disciplina progresiva en donde a
medida que se van cometiendo fallas, se va incrementando el grado de castigo,
empezando por una simple amonestación verbal hasta llegar, si es el caso, a la
terminación del vínculo laboral.
Estas
medidas graduales se utilizan para darle tiempo al empleado que corrija su
“marcha” y se dé cuenta que está cometiendo errores muy seguido. Sin embargo,
en algunas situaciones como el hurto o la agresión física, se procede de
inmediato a despedir al individuo.
Como
vimos anteriormente, una correcta implantación de la disciplina es necesaria
para evitar que se incumplan las reglas o normas dentro de una organización. Lo
más importante es que las acciones que se vayan a tomar no perjudiquen al
infractor sino que le enseñen y lo eduquen para que en el futuro no vuelva a
reincidir en su error.
Referencias Bibliográficas