por Sra. Nelly Yuncozar
La Tierra es un planeta privilegiado, una fortuita
combinación de energía y elementos (aire, tierra y agua) que constituyen la serie de
recursos básicos que han posibilitado el desarrollo de un fenómeno único: La
vida. Cada elemento posee sus propias leyes y dinámica, pero a su vez, están
profundamente interrelacionados en ciclos que son fundamentales para el
desarrollo de animales, plantas y los seres humanos.
La Tierra está conformada por
una serie de capas superpuestas de materia en distintas composiciones y estados
físicos, de ellas se observan: la atmósfera, “la burbuja gaseosa que nos rodea", la hidrosfera, formada por el agua en todos sus estados, la corteza terrestre o litosfera, y la capa superficial del planeta, donde la coincidencia de las capas mencionadas conforman la biosfera, quien constituye al mundo como se conoce, es decir donde se desarrolla la vida vegetal, animal y humana. La relación entre estas capas no es invariable,
ya que la Tierra no es un globo estático, sino un planeta dinámico, en el que
la energía juega un rol fundamental, porque aun cuando no se perciba, todo en el
universo tiene su cuota de energía.
La principal fuente de energía del Sistema
Tierra es el sol. La enorme cantidad de energía termonuclear que produce este astro llega en forma de radiación electromagnética al planeta, y es capturada por todas las
capas de la atmósfera, donde ocurren diferentes procesos y fenómenos. Sin embargo, solo una fracción llega a la superficie terrestre, la cual es suficiente para mantener el balance térmico, calentar y movilizar el aire, los océanos y producir alteraciones en las rocas. Un delicado equilibro esta interrelacionado
entre las fuerzas y los elementos de la naturaleza, generando una dinámica que define las
características naturales de cada región.
La dinámica terrestre se halla presente en los
ciclos naturales o ciclos biogeoquímicos. El concepto de ciclo natural hace
referencia al conjunto de transformaciones fisicoquímicas espontáneas o no, que
experimenta un sistema físico por acción de fuerzas impulsoras internas y/o
externas. El sistema físico puede entonces transformarse o mantener su estado
original. Cada elemento y sustancia de la naturaleza posee su propio ciclo,
involucrando todo tipo de transformaciones.
La
actividad económica desarrollada por la sociedad humana, altera el equilibrio
de los ciclos naturales, ocasionando algunas veces daños irreversibles, por
esta razón se debe comprender la dinámica y el equilibrio del Planeta Tierra,
para aprovechar sus potencialidades, pero también para cuidarlos y
preservarlos.
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