Producen nanowhiskers a partir de bio-residuos industriales de dos tipos de celulosas

por Lic. Pilar Hernández

En la búsqueda de obtener el mayor valor agregado para algunos desechos agrícolas que en Venezuela se utilizan muy poco, como la corteza de los árboles, la ingeniero Martha Herrera y el doctor Joaquín Lira-Olivares, de la Universidad Simón Bolívar, y sus colaboradores de Suecia, han logrado desarrollar unos “pelos” cristalinos submicroscópicos denominados nanowhiskers, a partir de celulosas de dos tipos de residuos industriales, los cuales podrían utilizarse como materiales de última tecnología para endurecer concretos, algunos metales y cerámicas. 

Estos diminutos “pelos” cristalinos podrían
utilizarse como materiales de última tecnología, 
para endurecer concretos, algunos metales y cerámicas
Los nanowhiskers, son una más forma cristalina  de la nanocelulosa, formed por el ácido hidrólisis de firbras originales de celulosa usando una sal inorgánica, usualmente ácido sulfúrico o hidroclórico.

El Dr. Joaquín Lira-Olivares, Director del Centro de Ingeniería de Superficies y Profesor Emérito de la Universidad Simón Bolívar, reportó este avance científico en el III Taller de Biodegradación “Materiales y Nuevas Tendencias”, que organizó el Laboratorio de Polímeros del Instituto de Investigaciones en Biomedicina y Ciencias Aplicadas “Dra. Susan Tai” de la Universidad de Oriente, con el apoyo de la Asociación Venezolana de Polímeros. 


En ese taller, Lira-Olivares expuso el trabajo “Comparación de nanowhiskers producidos a partir de bio-residuos industriales”; proyecto que forma parte de la tesis de doctorado de Martha Herrera, Ingeniero de Materiales de la USB, y en el cual colaboraron Ají Mathe y Kristtina Oksman, investigadores del Departamento de Ciencias de la Ingeniería y las Matemáticas de la Universidad Tecnológica de Luleá, Suecia. 

El científico de la USB dijo que en cualquier explotación maderera se desecha la corteza de los árboles, por considerarse que no tiene ninguna aplicación práctica; sin embargo, muchos países están usándola cada vez más, porque contiene celulosa, dentro de la cual se hallan los nanowhiskers, que son cristales “capilares”, algunos muy largos, como los que se hacen de carbono y que se utilizan en la industria desde hace muchos años. “Por ejemplo, el motor del vehículo Rolls Royce está reforzado con whiskers de carbono”, puntualizó.
 

“Se emplean generalmente para reforzar estructuras continuas, como polímeros, algunos metales y cerámicas, haciéndolos más resistentes a la tracción y por ende aumentando su tenacidad”, indicó.
- Los nanowhiskers no son otra cosa que nanocristales que crecen, en el caso de los metales alrededor de una dislocación. Son extremadamente resistentes en tracción longitudinal y frágiles en esfuerzos de corte, precisó Lira Olivares 

Lira-Olivares afirmó: “Se demostró que el lodo de la producción de celulosa y la lignina residual proveniente de la producción de bioetanol de la madera pueden ser usados como materiales base para productos de alto valor agregado a partir de bio-residuos”.
Para finalizar, expresó que en algunas universidades del país se desarrollan estudios de biomasa, “lo cual nos da un incentivo y una esperanza de que este tipo de estudio que estamos haciendo tenga alguna aplicación futura. 

Breve biografía de Joaquín Lira-Olivares 

Lira-Olivares es doctor en Ciencias de la Ingeniería por la Universidad de California y tiene una amplia y destacada trayectoria en investigación, docencia y extensión, reconocida nacional e internacionalmente. 

Prof. Joaquín Lira-Olivares
Se desempeña como director del Centro de Ingeniería de Superficies y director-fundador del Centro de Estudios Orientales de la USB, el profesor Lira-Olivares ha sido tutor de más de 140 trabajos de grado de pre y postgrado, tesis doctorales y postdoctorales y pasantías. Cuenta además con más de cuarenta artículos publicados en revistas internacionales indexadas y con once en revistas regionales arbitradas. 

Entre sus muchos aportes, al profesor Lira-Olivares se le reconoce por haber impulsado los convenios de cooperación e intercambio entre la Universidad Simón Bolívar y universidades de Japón y Corea. Esta labor ha sido distinguida por el Imperio del Japón con la Medalla y Diploma de la Orden del Sol Naciente en su rango Oro en collar, y por la 
República de Corea con la Medalla de la Amistad Venezuela-Corea (ambos en 2004). Asimismo, por la Universidad Tecnológica de Nagaoka que lo distinguió con el Doctorado Honoris Causa en 2001. 

Además fue incorporado como Miembro Correspondiente de la Academia Nacional de Ingeniería y Hábitat con el trabajo titulado “Prótesis de fémur”. 

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