Vivimos en una
sociedad del conocimiento, pero somos incapaces de mantener nuestra casa en
orden. Frente a la fórmula socrática: “sólo sé que nada sé”, el hombre
contemporáneo bien podría decir: “No sé ni cuánto sé, ni cómo sé, ni qué es lo
que me falta por saber”.
(Juan Arena 2001).
Uno de los grandes
desafíos de la sociedad del conocimiento, es que no puede poner en duda la
importancia de la ciencia y su influencia en el desarrollo político, social,
económico, cultural y educativo de una nación. La aparición de la ciencia
significo una revolución y desde entonces esa palabra “ciencia” no ha dejado de
acompañar cada uno de estos estadios señalados.
Lo revolucionario ha
llegado hacer algo tan consustancial a la ciencia, que las revoluciones
sociales se han adherido a las ideas de progreso científico, con la
implementación de nuevos elementos que favorezcan a todos los sectores
involucrados en el proceso de cambio de la sociedad. Es decir que debe
producirse como resultado de esta revolución una verdadera “socialización del conocimiento científico y tecnológico”, que
responda a la falta de credibilidad sobre el dominio tecnológico e
independencia real de aquellos países que pretenden debilitar la formulación de
políticas públicas del Estado Venezolano en materia de ciencia y tecnología que
se han establecido en el país desde la llegada de Revolución Bolivariana.
Fuente: http://albaciudad.org/wp/index.php/2014/09 |
Recientemente el Presidente Nicolás Maduro propuso en
cadena nacional “cinco revoluciones”. Pidió, a la juventud, los estudiantes y
maestros, que asuman con un perfil propio para la "revolución del conocimiento", en
la que incluiría, dijo la cultura y la tecnología. "El objetivo es unir
diferentes aspectos del desarrollo del país. Venezuela necesita una revolución
profunda en el campo de la educación, una estrategia clara para el desarrollo
del conocimiento con una nueva ética. Hay que incorporar la tecnología para
producir más y satisfacer las necesidades de los trabajadores, no para reducir
el número de trabajadores".
Fuente: http://www.leanoticias.com/2013/02/25
|
A mi juicio para que la Revolución del Conocimiento
tenga una acogida en el seno del corpus científico en Venezuela en todos sus
niveles, lo primero que hay que hacer es recuperar su prístina significación,
para que sea única e irrepetible y aquellos que sean fieles a ella puedan
defenderla de las falsas e ingenuas imágenes tradicionales que se tienen sobre
la revolución científica desde los tiempos del renacimiento. Ahora bien,
sin negar que, en un sentido limitado, haya habido varias y hasta muchas
revoluciones en la ciencia, opino que el carácter genuinamente revolucionario
de la ciencia misma procede de la unidad profunda de la transformación
introducida en el estudio de la naturaleza a partir del Renacimiento.
Creo
que la propuesta del presidente Maduro
procura una actividad concreta para todos los involucrados con el que hacer educativo en especial con el
sistema educativo militar, ya que la actividad revolucionaria conduce a un
nuevo tipo de ciencia que no es inferior según Varsavsky (2007) a la ciencia
actual, y que no es obligatorio aceptar los criterios valorativos de ésta, ni
conveniente para la misma ciencia. La ciencia puede que sea algo más que un
contenido empírico encerrado en un continente lógico-matemático en virtud de
una serie de reglas de procedimiento, Hay un espíritu que subyace y consigue
hacer con todos estos elementos un genuino conocimiento de la realidad. Digamos
que en este espíritu radica el valor y la identidad de lo que llamamos ciencia,
el cual está situado en un plano que trasciende a las distinciones materia-formales,
y justo en él hay que situar la revolución que da lugar a la ciencia cambia el pensamiento científico moderno. Ya
que no hay ciencia que pueda y deba ser dejada en manos de quienes la cultivan
profesionalmente; a todos nos conciernen la filosofía, la historia, la
sociología, la psicología, la astronomía, la física, la biología, la medicina, la
economía y porque no las ciencias y artes militares. Todos pues, tenemos la
responsabilidad de exigir a quienes las cultivan una exposición razonable de
sus principios y resultados, de las cuestiones que han resuelto y de las que le
quedan por resolver. Todos estamos obligados a ser vehementes con la Revolución
del Conocimiento, no por
complacencia, sino con la conciencia clara de que, si no hay unidad en el
saber, tampoco habrá, a corto o largo plazo, diversidad, porque como sabemos el
conocimiento ha sido el hilo conductor de todas las revoluciones tecnológicas
que han cambiado y cambian la vida del ser humana. De
tal manera que podemos afirmar que la Revolución del conocimiento, de la ciencia, cultura y tecnología:
integrará el desarrollo económico social y material del país para construir una
nueva sociedad que se sume a los preceptos socialistas de unidad y armonía de
tal modo que garantice el avance
técnico-científico de la sociedad y se revierta en beneficios para el Estado y el pueblo. Sin lugar a duda Venezuela necesita una Revolución
profunda en el campo del conocimiento científico de la ciencia no es cualquier
conocimiento, es uno vinculado a la construcción de una nueva sociedad
contentiva de valores y ética. Ya que una sociedad de corte democrática basada
en el valor de la persona humana y su dignidad debe estar enmarcada en
decisiones éticas, respeto a la opinión ajena, tolerancia activa y diálogo
permanente de saberes.
Referencias bibliográficas:
Arana Juan (2004): El caos del Conocimiento. Del árbol
de las ciencias a la maraña del saber. Ediciones Universidad de Navarra, S.A.
(EUNSA). España.
Berroterán José, Carmona Miriam (2012):
Consideraciones Teórico-Políticas para la Ciencia y Tecnología en la República
Bolivariana de Venezuela. Ministerio del Poder Popular para la Ciencia,
tecnología e Innovación. República Bolivariana de Venezuela.
Varsavsky Oscar (2007): Ciencia, Política y
Cientificismo. Monte Ávila Editores Latinoamericana C.A, Caracas, Venezuela.
No hay comentarios:
Publicar un comentario